ACNÉ EN ADOLESCENTES Y ADULTOS: ¿QUÉ LO CAUSA Y CÓMO COMBATIRLO?
Descubre qué es el acné, a quién afecta y qué ingredientes ayudan a combatirlo. Consejos dermatológicos y rutinas eficaces para pieles con tendencia acneica.

¿Qué es el acné?
El acné es una afección cutánea que se origina cuando los poros de la piel conectados a las glándulas sebáceas se obstruyen debido a una sobreproducción de sebo y a la acumulación de células muertas. Esta obstrucción crea el entorno perfecto para que proliferen bacterias, lo que desencadena en inflamación y la aparición de lesiones como puntos negros, granos e incluso lesiones más profundas.
¿A quién afecta el acné?
El acné se asocia tradicionalmente a la adolescencia, etapa en la que los cambios hormonales estimulan la actividad de las glándulas sebáceas. Sin embargo, se calcula que hasta un 40% de los adultos, especialmente mujeres, pueden seguir sufriéndolo.
En la edad adulta, los brotes suelen localizarse en la parte inferior del rostro (mandíbula, barbilla o cuello) y están influenciados por:
• Fluctuaciones hormonales: ciclo menstrual, embarazo, síndrome de ovario poliquístico.
• Estrés, que incrementa la producción de cortisol y favorece la inflamación cutánea.
• Estilo de vida: tabaco, dieta rica en azúcares o lácteos.
• Factores externos como la contaminación o el uso de cosméticos comedogénicos.
¿Cómo se puede combatir el acné?
El abordaje más eficaz combina constancia, hábitos saludables y el uso de productos específicos. Algunas recomendaciones clave son:
1. HIGIENE DIARIA ADAPTADA
Limpiar la piel dos veces al día con fórmulas suaves que retiren el exceso de sebo y contaminantes sin alterar la barrera cutánea. Los limpiadores con agentes seborreguladores, como el Gel Moussant de la gama SEBIACLEAR, son un ejemplo de fórmulas pensadas para piel grasa o con tendencia acneica.
Gel Moussant
Gel Moussant
2. REGULACIÓN DEL SEBO Y RENOVACIÓN CELULAR
Incluir productos con activos exfoliantes suaves (AHA, BHA, PHA) que mantengan los poros despejados y mejoren la textura de la piel.
Micro-Peel
3. ACCIÓN CALMANTE Y ANTIINFLAMATORIA
La inflamación es un componente central del acné, por lo que activos como la niacinamida ayudan a reducir rojeces y mejorar las marcas postinflamatorias.
Ampoule Flash
4. PROTECCIÓN SOLAR ADAPTADA
El sol puede enmascarar temporalmente las lesiones, pero a medio plazo aumenta el grosor de la piel y agrava el problema (efecto rebote). Usar protectores no comedogénicos es fundamental para prevenir manchas y cicatrices.
Crème SPF50+
¿Qué ingredientes ayudan a mejorar la piel con tendencia acneica?
Los principales activos dermatológicos para combatir el acné son:
Ácido salicílico
Exfolia suavemente y ayuda a mantener los poros limpios.
Niacinamida (vitamina B3)
Calma la piel y disminuye la inflamación. También mejora la función barrera y atenúa las marcas residuales.
Gluconolactona (PHA)
Exfoliante suave de alta tolerancia ideal para pieles sensibles.
Ácido azelaico y zinc
Regulan el exceso de sebo y mejoran el aspecto de la piel grasa.
Estos ingredientes se encuentran en diferentes fórmulas dermocosméticas, como las desarrolladas en la gama SEBIACLEAR de SVR, pensada para responder a las necesidades de la piel con tendencia acneica.
¿Se puede tener una piel más sana y uniforme?
Sí, aunque el acné no desaparece de la noche a la mañana. La clave está en la regularidad: usar productos adecuados todos los días, no manipular las lesiones, proteger la piel del sol y mantener un estilo de vida equilibrado.
En casos leves a moderados, una rutina dermocosmética adaptada puede mejorar notablemente la piel. En casos severos, es importante acudir al dermatólogo, que podrá valorar tratamientos médicos complementarios (tópicos con retinoides, antibióticos o terapias orales).
Con constancia y un enfoque integral, es posible recuperar una piel más uniforme, con menos imperfecciones y menos marcas visibles.
DI LANDRO A. & al. Adult-onset acne: prevalence, impact, and management challenges. Clinical, Cosmetic and Investigational Dermatology (2018).
Zaenglein AL. & al. Acne vulgaris. The New England Journal of Medicine (2021)


