El verano es una época del año en la que la exposición al sol aumenta significativamente, y con ello, la necesidad de proteger nuestra piel de los efectos dañinos de la radiación solar.
Un fotoprotector es un producto esencial en nuestra rutina diaria para prevenir quemaduras solares, envejecimiento prematuro y, lo más importante, reducir el riesgo de cáncer de piel.
En este artículo, exploraremos qué es un fotoprotector, cómo elegir el adecuado para tu tipo de piel y cómo utilizarlo correctamente este verano.
¿Qué es un fotoprotector?
Un fotoprotector es un producto diseñado específicamente para proteger la piel de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Estos productos contienen ingredientes conocidos como filtros solares, que pueden ser físicos, químicos o biológicos, y su función principal es prevenir el daño solar a corto y largo plazo.
Tipos de fotoprotectores
Entre los más populares podemos encontrar 2 grandes tipos de fotoprotector:
- Fotoprotectores Físicos: Estos crean una barrera física en la piel que refleja los rayos del sol, actuando como un espejo. Los ingredientes comunes incluyen óxido de zinc y dióxido de titanio.
- Fotoprotectores Químicos: Absorben la radiación UV y la transforman en una forma no dañina. Los ingredientes típicos son derivados del PABA, salicilatos y cinamatos.
¿Qué es el SPF?
Cada año, cuando te acercas a la tienda o farmacia a por un nuevo fotoprotector seguro que siempre te fijas en el número que aparece en el producto. Este número es el SPF.
El SPF (Sun Protection Factor) o FPS (Factor de Protección Solar) es un número que indica el nivel de protección que ofrece un fotoprotector contra la radiación UVB, la principal responsable de las quemaduras solares.
Por ejemplo, un SPF 30 significa que puedes estar 30 veces más tiempo al sol sin quemarte en comparación con no usar protección.
En general, se suele establecer la siguiente clasificación:
- Protección Baja: SPF 6-10
- Protección Media: SPF 15-25
- Protección Alta: SPF 30-50
- Protección Muy Alta: SPF 50+
¿Cómo elegir el fotoprotector adecuado?
Elegir el fotoprotector adecuado depende de varios factores, incluyendo tu tipo de piel, el nivel de exposición solar y tus actividades diarias.
Para una protección solar efectiva y de alta calidad, te recomendamos los productos de la línea SVR Sun Secure. Estos fotoprotectores ofrecen una protección completa contra los rayos UVA, UVB, luz visible e infrarrojos, y están formulados para ser adecuados para todo tipo de piel, incluso las más sensibles.
Además, si buscas un bronceado sin exposición solar, el SVR Sun Secure Mousse Autobronzante es una excelente opción. Este autobronceador proporciona un bronceado natural y uniforme mientras hidrata la piel, sin necesidad de exponerte a los dañinos rayos UV.
Factores a considerar
A la hora de comprar un fotoprotector, la farmacia La Espartería te recomienda considerar los siguientes factores
Tipo de piel
Si tienes piel grasa, busca fórmulas no comedogénicas y de rápida absorción. Para piel seca, opta por productos con ingredientes hidratantes.
Fototipo
Las personas con piel clara deben usar un SPF más alto (50+), mientras que aquellas con piel más oscura pueden optar por un SPF más bajo, aunque siempre es recomendable un mínimo de SPF 30.
Amplio Espectro
Asegúrate de que el fotoprotector ofrezca protección contra los rayos UVA y UVB. Algunos productos también protegen contra la luz visible y los infrarrojos.
Resistencia al Agua
Si planeas nadar o sudar, elige un fotoprotector resistente al agua.
Cómo utilizar el fotoprotector correctamente
Para maximizar la eficacia de tu fotoprotector, es crucial aplicarlo correctamente y en la cantidad adecuada.
Te recomendamos seguir los siguientes pasos:
- Aplica una cantidad generosa de fotoprotector. Para el rostro, se recomienda una cantidad equivalente a una cucharadita de té, y para el cuerpo, aproximadamente 30 ml (una onza).
- Aplica el fotoprotector al menos 30 minutos antes de la exposición solar para permitir que se absorba adecuadamente.
- Reaplica cada dos horas, o inmediatamente después de nadar, sudar o secarte con una toalla.
- No olvides áreas como las orejas, el cuello, el dorso de las manos y los pies. Usa un bálsamo labial con SPF para proteger los labios.
Mitos y Realidades sobre los fotoprotectores
Aunque para muchas personas pueda resultar incómodo, lo cierto es que el fotoprotector o el protector solar es un producto indispensable para cualquier época del año.
De hecho, hay muchos mitos entorno a este producto que queremos desmentir con este post.
Aquí hemos recogido tres de ellos. Alguno seguro que te suena bastante.
Mito 1: "Solo necesito fotoprotector en la playa"
Realidad: La radiación UV puede dañar tu piel incluso en días nublados y durante actividades cotidianas como caminar por la ciudad o conducir. Es importante usar fotoprotector todos los días, no solo en la playa.
Mito 2: "Un SPF alto me protege todo el día"
Realidad: Aunque un SPF alto ofrece más protección, ningún fotoprotector dura todo el día. Es crucial reaplicar cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.
Mito 3: "Los fotoprotectores son solo para personas de piel clara"
Realidad: Todas las personas, independientemente de su tono de piel, necesitan protección solar. Aunque las personas con piel más oscura tienen más melanina, que ofrece cierta protección natural, aún pueden sufrir daños por la radiación UV.
En definitiva, el uso de un fotoprotector es esencial para mantener la salud de tu piel durante el verano y todo el año.
Al elegir el producto adecuado y aplicarlo correctamente, puedes disfrutar del sol de manera segura y prevenir daños a largo plazo. Recuerda que la mejor protección es una combinación de fotoprotector, ropa adecuada y hábitos saludables de exposición solar.
Recuerda también evitar las horas pico en las que la radiación solar es más intensa (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.). Trata de buscar sombra durante estas horas.
Y mantén tu piel hidratada bebiendo suficiente agua y usando cremas hidratantes después de la exposición solar.
¡Cuida tu piel y disfruta del verano con seguridad!
